La Torre Wardenclyffe o la Torre Tesla fue un proyecto ambicioso y adelantado a su tiempo que Nikola Tesla intentó llevar a cabo por todos los medios: se trataba de una antena gigante que pretendía demostrar el poder de la transmisión de energía sin cables.
No solamente pretendía suministrar energía eléctrica a nivel mundial, sino también imágenes y señales de radio.
El proyecto no llegó a completarse, pues sus inversores perdieron interés en el mismo debido a que Guillermo Marconi había logrado realizar transmisiones radiofónicas antes de que el proyecto de Tesla finalizara.
Tesla pretendía transferir electricidad sin emplear ningún tipo de cable, solamente sirviéndose de un campo electromagnético en el aire.
Hoy en día estamos acostumbrados a la transmisión tanto de datos como de información sin cables: televisión, radio, teléfonos móviles, el wifi, los datos del móvil… son solamente algunos ejemplos. Sin embargo, la energía eléctrica inalámbrica aún no se ha implantado como tal.
Aún tenemos que hacer uso de cables para conectar tanto nuestro ordenador como nuestra televisión. Pero desde luego, es muy probable que en un futuro cercano comencemos a prescindir de los cables para estos usos.
Tesla ya realizó su famosa demostración de una bombilla incandescente que no empleaba cables, sino un campo electromagnético haciendo uso de la inducción magnética, y muchos años atrás. Pero es ahora cuando se está comenzando a invertir en este tipo de tecnología que los mercados olvidaron en aquel tiempo.
Un ejemplo es la corporación Witricity, de la cual es directiva la Doctora Katie Hall. Lo que la llevó a crear Witricity fue esta tecnología descubierta por Tesla y la visión futura de un mundo sin ese lío de cables con el que todos contamos en nuestro hogar.
Sin embargo, hoy existen dos formas de transmitir electricidad sin cables, ¿Habéis cargado alguna vez un teléfono móvil solamente con situarlo en una plataforma de carga? pues para ello se emplean dos métodos distintos, cada uno con sus ventajas e inconvenientes: la carga por inducción magnética y la resonancia magnética.
Sin embargo, se están llevando a cabo multitud de investigaciones sobre este tipo de tecnología y parece que el futuro tiende a unificar los dos métodos actuales, con el fin de que nuestros dispositivos se carguen sin necesidad de sacarlos de nuestros bolsillos o mochilas: ese es el futuro.
De entre las aplicaciones que nos depara esta tecnología en el futuro, se encuentran muchas y muy variadas: desde que nuestro coche eléctrico comience a cargarse nada más entrar en el garaje, hasta la instalación en nuestro hogar de un completo sistema de iluminación sin cables, olvidarnos de los cables de nuestros pequeños dispositivos, cargarlos con solamente situarlos encima de la mesa y por supuesto, no decir nunca más “Se han agotado las pilas” o “hay que comprar pilas”.